La cuestión religiosa en España

       La Constitución española (1978) dice en su artículo 16 en torno a la religión lo siguiente:

Artículo 16

1. Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley

2. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.

3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.

      Con esta información deducimos que vivimos en un país aconfesional, en el que cada uno tiene total libertad para profesar la religión que quiera.

 
 El catolicismo es tradicionalmente la religión mayoritaria y es por ello con la que más relaciones tiene el Estado. Pero en los últimos años se ha producido un cambio de mentalidad en la sociedad española y como resultado existe un mayor número de personas que se declaran como no creyentes o practicantes de otras creencias.

      A lo largo de la historia de nuestro país la política y la religión han estado muy unidas se han alternado gobiernos más conservadores que establecían una constitución en la que se apoyaba a la iglesia católica con gobiernos progresistas que proponían su separación.

      Tras la la dictadura franquista (1939-1975), con la actual constitución (1978) (mencionada anteriormete) vivimos en un país de libertad de cultos.